Escenarios: Comillas


Il mondo mío se vertebra en un único escenario, un lugar especial que atrape al espectador desde el primer momento porque intuye en él los confines y los límites de su propia existencia.
Éste enclave fue buscado con minuciosidad, para ello se hizo una selección de cementerios tanto de la comunidad autónoma de Aragón como a nivel estatal.

La localización debía tener tres puntos clave: poseer un mobiliario cinematográfico de época que no obligase a realizar costosos decorados, poder delimitarla visualmente al universo propio de los protagonistas y estar situada en un lugar logísticamente accesible. Después de valorar diferentes espacios en los cementerios de Zaragoza o de Huesca, apareció tras una búsqueda por Internet el lugar preciso: el cementerio de Comillas, Cantabria.

Un día después de localizar las fotografías del cementerio, se viajó a Comillas para comprobar el sitio y ya no hubo duda alguna: Il mondo mío ya tenía su espacio.
En ese aspecto, Cantabria durante los últimos quince años ha servido para ambientar historias no sólo de cineastas cántabros como Mario Camus, Manuel Gutiérrez Aragón y Nacho Vigalondo, sino de Alejandro Amenábar, Vicente Aranda, Juanma Bajo Ulloa y Manolo Matjí, entre otros.

 
 
 

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